Muchos recuerdos de mi infancia y mi adolescencia recupero de la mano de Michael Jackson.
Rcuerdo tener 6 o 7 años y estar en el aula de la escuela deseando escuchar Thriller, ver sus videos que revolucionaron todo porque eran mini películas; morir por entender qué decían las letras de sus canciones, que bailaba y cantaba con tanta emoción...
Más adelante y transcurriendo mi adolescencia compartía con amigos y mi viejo (muy fan), tardes enteras viendo sus videos en el novedoso dvd...
Entenderán que una chica rocker como yo elija esta canción para recordarlo. Me conmueve, me parece super sensual, un grito desesperado de amor y pasión... qué más podría pedir una mujer...? Y la guitarra que chilla desgarradora... Y el baile, poderosa seducción...
"Michael era rockerísimo", sentenció Manu al terminar de escucharla...
A veces la persona menos pensada, en el momento justo, te dice algo que aquieta por un segundo tu mente y te deja una sensación de tranquilidad y sosiego, que aunque no solucione tus problemas, te da la posibilidad de repensarlos y lo que es mejor, de repensarte.
Y esa persona despliega lo que ha aprendido en la vida y lo esboza en palabras simples que transmiten algo de claridad; te mira a los ojos y desde ese instante hablas con ella el mismo idioma.
Como en un estanque, los pensamientos son el agua en movimiento. Sólo cuando el agua se aquieta, podemos ver lo que hay en el fondo. Eso es, metafóricamente, lo que sucede al meditar.
El relato, además, me pareció de una belleza de colores claros y luminosos.
Ese es mi estado de ánimo, y me hago cargo. Todo me cuesta, se me hace pesada la carga y siento que avanzo, pero a tientas...
Y así y todo tengo energía, lloro con garra, me aferro a lo que tengo bien adentro, que es unas ganas locas de vivir.
No suelo pasar por estos estados tan marcados; de hecho, fueron algo así como 3 veces en toda mi vida. Pero cuando los paso, los vivo intensamente.
Con un amigo de la adolescencia lo llamábamos "oscuridad", y leíamos a Sábato, y leíamos y escuchábamos a Dolina, y sonaba música tan intensa como ésta en su auto, todo el tiempo, acompañando la sensación de estar atravesando la parte más oscura del túnel; la luz estaba al final del camino, eso siempre lo pienso, siempre.
Y como le he visto decir a Ale Rozitchner, hay gente básicamente feliz y básicamente infeliz. Gente que aunque se sienta muy muy mal, no llega en ese estado a sentirse lo mal que se siente una persona infeliz en un día cualquiera. Soy de esas, de las básicamente felices.
No soy de regodearme en el dolor, pero reconozco cierta belleza aún en el desasosiego. Es potente este estado de tristeza para disparar pensamientos y sentimientos intensos. Y váyanse a cagar los que me dicen "hay cosas peores"...! Ja!
Si no viviera tan intensamente esta oscuridad subestimaría los estados de felicidad que vivo habitualmente.
La vida también es esto, es agarrarse de los pelos, no saber muy bien hacia dónde mierda vamos, sentir que todo alrededor se desmorona, ver que las cosas a las que dedicaste tu vida se están deshaciendo, y llegar bien al fondo para sacar herramientas nuevas, aunque gastadas, para volver a armarlo todo alrededor, como de una galera de mago, o como de la gorra de uno de los personajes de la serie preferida de Manu, Los imaginadores, que se dedican a solucionar problemas.
Y al que le moleste que se joda. Perdón, pero me sale así. Estoy mal, me siento fatal, y no me sirve de un carajo escribir en metáfora. Y el cuaderno del curso Proyectos de Escritura está en la otra habitación, y tengo la compu y escribo acá y ya.
Y me cago de risa! La vida es maravillosa, aún su oscuridad. Amo vivir intensamente, no me van ni el conformismo ni las medias tintas.
Y allí voy, hacia la luz, porque de todo esto sólo puedo parir algo bueno, algo mejor, un cierto estado de conciencia de haberme jugado por mi deseo, por lo que siempre imaginé para mi vida.
Si lo escribo aquí es porque sé que hay mucha gente a la que quiero que lo va a leer. Es parte de mi necesidad de ser auténtica, siempre.
Los quiero mucho! Me acompañan! Me hacen upa! Me hacen bien!
Permitirle a las palabras que nos lleven a donde nos quieran llevar.
Y no resistir cuando toman formas inimaginables.
O cuando se vuelven locas.
Ni siquiera cuando se quedan mudas.
Darse permisos.
No ser verdugo de uno mismo.
Aceptarse.
Conocerse.
Esforzarse.
Trascender.
Todos estos conceptos me los llevé ayer (y logré aprehenderlos) del taller de AlejandroProyectos deEscritura. Experiencia energizante altamente recomendable.
Le doy la bienvenida a Virginia, de Cuidado al Cruzar! y Vivir entre Elfos. Su primera aparición, recomendada por mi querida amiga Marijó, fue una caricia a mi espíritu (entendido en términos Nietzscheanos, je).
Que mi relatole haya hecho visualizar esta obra del artista plástico que más me conmueve, es demasiado... y muy propicio en estos tiempos nublados.
Ven a mí con tu dulce luz alma de diamante y aunque el sol se nuble después sos alma de diamante cielo o piel silencio o verdad sos alma de diamante por eso ven así con la humanidad alma de diamante Aunque tu corazón recircule siga de paso o venga pretenda volar con las manos sueñe despierto o duerma... ...o beba el elixir de la eternidad sos alma de diamante, alma de diamante bien aquí o en el más allá sos alma de diamante y aunque este mismo sol se nuble después sos alma de diamante alma de diamante
La cadena que se armó a partir de dos blogs muy queridos para mí, Yoga, Zazen y Liberación y 100volando.net, hizo que me reecontrara con Alma de Diamante y lograra sublimar el dolor de dejar de ser... de transformarme y volver a mí...
Fuí Alma de Diamante. Aunque aquel mismo sol se nubló después...
Tres mujeres amigas que se reencuentran en un escenario diferente, propicio para la función de vida que llegó a ser.
Una vieja sabia en un cuerpo bello y joven, incorporada luego de una búsqueda interior intensa que moviliza a quien está alrededor...
Un mujerón en el cuerpo de una jovencita, que empieza a descubrir que no todo depende de ella, que la vida hace lo suyo y que el narcisismo (descubierto en su espejo, quien escribe estas líneas) sólo hace posible el diálogo con uno mismo...
Y esta mujer que escribe reecontrándose con su niña, con su sensibilidad más natural e instintiva y por eso vulnerable, en expansión hacia su deseo, en búsqueda de la belleza...
Combinación dinámica y sutil, empática y cariñosa. Aprendizaje mutuo. Enriquecimiento y gratitud.
Y las palabras fluían, y las lágrimas brotaban, y las manos se enlazaban...
La vieja sabia sacó un libro antiquísimo de su cartera, legado de su abuela antroposófica, a fin de regalarnos una reflexión, como si hubiera sabido de antemano (los sabios tienen estas cosas) que sería bienvenida la lectura.
Lectura que hizo quien escribe estas líneas, a la luz de una vela, y las palabras giraban en ronda.
Y el lenguaje se hizo comprensible sin explicaciones. La mujer en cuerpo de jovencita me regaló su sollozo en confianza, y la vieja sabia una enseñanza antroposófica de esas tan oportunas que dan escalofríos:
Soy lectora dedicada de elmalentendido. En su último post, Placer para valientes, escribí un comentario que no pude publicar por una falla internetera. Bienvenida sea, porque terminó inspirando estas líneas.
En su artículo Ricardo nos invita a pensar si estaríamos dispuestos a comer un plato de "Fugu", uno de los pescados más venenosos del mundo, y uno de los mayores manjares de Japón. Aclara que sólo puede ser preparado por gourmets especializados y matriculados, a fin de no morir en el intento.
Juega con la valentía, el deseo, el placer, la vida y la muerte.
Pienso que hay varios deseos y situaciones en la vida que, a primera vista, pueden verse como un acto de locura, como una cierta predisposición a asumir riesgos descomunales. Razonar así creo que es una falacia.
El razonamiento falaz sería: deseo y estoy dispuesto a comer ese plato exótico, ergo, estoy dispuesto a morir.
Para mí, el razonamiento correcto o valioso sería: deseo y estoy dispuesto a comer ese plato exótico, preparado por profesionales idóneos, ergo, morir sería una falla.
Si es un acto de valentía o una locura dependerá de quién lo valore, puesto que las valoraciones (y los valores en sí mismos) dependen del criterio de su observador.
Por otro lado, si la valentía tiene una relación directa con la seguridad o inseguridad que una experiencia propicia, podríamos decir que siempre seríamos valientes, puesto que nada (o casi nada) en la vida es seguro.
A este tipo de planteos podemos enfrentarnos constantemente cuando perseguimos la concreción de nuestros deseos, porque desear es hacer, y hacer conlleva siempre un riesgo. Para desear hay que ser valiente; para concretar nuestros deseos tenemos que tener coraje (lo que no significa de ningún modo que seamos como el Quijote luchando contra los molinos de viento).
Y a estos mismos razonamientos y cuestionamientos me enfrenté cuando decidí parir a mi hija en mi casa, asistida por un médico y una partera especializados. Mucha gente desde su desconocimiento me decía que al tomar esa decisión estaba asumiendo como posibilidad que mi hija muriera durante su nacimiento. No sólo es un razonamiento falaz, sino intolerante.
Propongo y milito desde entonces a favor de informarse, de tomar cartas en el asunto (cualquiera sea) para luego sí decidir si estamos dispuestos o no a ir detrás de nuestro deseo. Lo que cada uno decida será válido para sí mismo y eso es lo que en definitiva "vale".
Desear también implica cuestionar, indagar, valorar, elegir.
Contestándole a mi colega bloggero: a eso sí, claro, me atrevo.