La vida es un extraño cruce de circunstancias, sentimientos y personas. La trama de una novela suele ser un palabrerío novato en comparación con la rica existencia de algunas almas atrevidas.
Encuentros y desencuentros confluyen en la función sin ensayo; en esta extraña escena que es la vida, que permite vivir todo sólo una vez, pues aunque siempre exista la posibilidad de otra oportunidad, cada una de ellas es una única vez irrepetible.Atreverse a vivirla intensamente es darle la posibilidad de sorprenderse casi a diario.
No tener plan más riguroso que dejarse llevar es a la vez un desafío y una locura exquisita.
En el quimérico ejercicio de tenerlo todo bajo control tal vez nos desenmascare de esa inconsciente impostura la ansiosa muerte. Y ya será entonces demasiado tarde.
Más vale no resistirse a la realidad aunque duela, ni pelear contra molinos de viento cual Quijote.
Descifrar acertijos puede convertirse en el más cruel de los laberintos de salidas incorrectas. Como ser lineal puede hacer que no aprendas jamás a ver más allá de tus narices.
¿Quién sabe?
¿Tienen que tener límites los sueños? ¿Y las fantasías? ¿Y los deseos?
Uno te dió ese beso que siempre habías soñado, y nada importa que el tiempo lo haya disuelto. El otro se acordó tarde y te llora en la lejanía, impotente e infeliz. Ése te sueña hasta despierto, sin que vos te enteres. Aquél te sigue esperando, en la más osada de las esperanzas. Y éste finalmente te ve, te encuentra, te sorprende en el medio de tus giros y malabares por sobrevivir y se mete, atrevido, en tus sueños...
La solución del enigma no se sabe quién la tiene. Y te advierto que mientras la sigas buscando tal vez ignores que la vida, como el Gran Bonete, es eso que sucede detrás tuyo, a tus espaldas, durante tu ineficaz empresa por encontrarla.
Desayunando en un bar típico de la Avenida de Mayo, escuché desde la mesa contigua el diálogo entre dos amigos que logró hacerme dudar si estaba despierta:
Tenemos la suerte de seguir teniendo abuela, Manu. Pensemos qué broma de mal gusto del destino hubiera sido si...
Digo, Manu se despertó con un Feliz Cumple!!! y la siguiente explicación: _ Mi amor, vino la abu Carmen a pasar el día de tu cumple con nosotros, pero le duele mucho la panza y la tengo que llevar al sanatorio. Ustedes se quedan con Graciela (la vecina Manu, te acordás de Graciela, claro que te acordás), después viene Ninfa y ya se quedan con ella, y luego llega papi para llevarte a la escuela, si?
Diagnóstico: cálculo biliar, incrustado no sé en dónde. Solución: Cirugía.
La vida es esto, sentencio una vez más. Vos planificás y ella te pega un soplamoco que te saca de eje.
Y aquí estamos, todos reunidos, alrededor de unos mates. Abuelos, tía, hijos, padre de mis hijos.
El festejo comienza después de la hora del té, en el saloncito de siempre, donde con todo el amor del mundo volveremos a cantarte, querido hijo, FELIZ CUMPLEAÑOS!!!
(Y para sacarme el recuerdo de tu carita de esta mañana reflejando que no entendías nada, bailo al compás de tu canción favorita!)
...junto con estos mates, en plena madrugada, mientras cada uno esboza una frase herida, después de tanto ego menoscabado... ¿Será que los sucesos es mejor no interpretarlos...? ¿Ya amanece...? Podríamos ir a la playa, en pijamas... ¿Quién entiende las reglas del juego....?
Rendí aquel examen por el cual casi le pongo cartel de "Vuelvo enseguida" a mi blog.Ese que me quitaba el sueño, que no sabía si enfrentar porque no tuve ni el tiempo ni las ganas de estudiar "como debe ser".
Puedo decir que celebro haber vivido una experiencia enriquecedora, más allá del resultado final (que recién conoceré en septiembre)Lo cierto es que salió en suerte un tema llevadero, así que tuve la posibilidad de poner mi conocimiento a su servicio y de enfrentarme a la realidad de que podía hacerlo. Y los errores que cometí, me enseñaron más que los aciertos.
Esta tarde no encontré en la farmacia un medicamento que necesita Manu, y salí preocupada y pensando dónde conseguirlo. Tan absorta en mis pensamientos estaba, que olvidé pasar por una juguetería recomendada por la Reina a efectos de llevarles alguito de sorpresa a mis hijos.
Mientras manejaba por la 9 de Julio y sonaba la canción de Lenny Kravitz favorita de Manu, el destino quiso que me detuviera en un semáforo en el que un joven vendía globos terráqueos inflables, de esos que quise conseguir en USA, anoticiada de su existencia también por la compañera de travesía. En escasos segundos ya tenía el regalo más acertado para un aprendiz de explorador de mundo.
Bajó del micro escolar, y al compás de su abrazo cálido, pude disfrutar de su alegría al recibir su regalo.El medicamento, por otra parte, ya lo había conseguido a la vuelta de casa.
Y así la rueda sigue girando... y vengo con ánimos de festejo.