martes, 31 de marzo de 2009

Estado de ánimo


Me siento perdida, como controlando mis deseos y mis impulsos.
No es bueno que ellos nos gobiernen, pero tampoco es bueno hacerlos a un lado.
Me cuesta mucho el equilibrio. Siento que estoy en el medio del caos.
Estoy en el nudo del problema, entonces la solución está llegando.
Me siento en una etapa de mucha vitalidad, y paradójicamente, me siento bien mal.
La calma también llega y el corazón late a su propio paso; ya no dispara galopando.
Me invade el miedo, y a veces el encanto.
Siento coraje, y otras veces me espanto.

sábado, 28 de marzo de 2009

El poder de la empatía


La empatía es la herramienta más poderosa con que contamos para conectarnos con los demás. Es el adhesivo de la conexión humana y nos permite sentir, en un nivel profundo, qué siente el otro.
Sacrificarse por el otro es la esencia de un acto de compasión y empatía. Esta disposición a experimentar el dolor de otro ha sido parte de la tradición curativa, secular o religiosa, durante siglos.
No es fácil hacerlo.
El papel de la gratitud: Los amigos quizás agradezcan a alguien por algo que hizo o por una actitud. El mensaje verdaderamente efectivo es: He incorporado una parte de ti. Me transformó y enriqueció, y se la transmitiré a otros.

De Irvin Yalom, en Mirar al Sol.

Conocí, aprendí y sentí lo que es la empatía con Alejandra, una mujer increíble que coordina el grupo de crianza al que asistí. Fui a algunas reuniones, pero el poder de ese aprendizaje fue tan grande que cambió mucho mi mirada del otro. Y de esa manera, la mirada del otro cambió también para mí.
La empatía enriquece mutuamente. Hace que nos expandamos. Deja huellas.
La empatía cambia el deberías hacer por el yo hice.
Sustituye el a vos te pasa por el a mi me pasó.
Nos trasciende, y eso hace posible que en lugar de pretender entender al otro, nos pongamos realmente en su lugar, y el otro en el nuestro.

lunes, 23 de marzo de 2009

Pequeño planteador!


Tenía el agua de la bañadera lista, tibiecita, con bolsitas de avena para suavizar la piel congestionada por la alergia; casi todo un ritual de amor y cuidado.

_ A bañarse Manu, que ya está lista el agua!_ dije entusiasmada.

_ Otra vez? Por qué siempre es así? Siempre tengo que comer y bañarme y no puedo terminar de mirar los dibu!_ se quejó Manu.

Una vez que logré hacerlo entrar al baño con mi mejor cara de mamá enojada, me dijo:

_ Mirá mamá, te lo digo muy en serio. Si me seguís diciendo que haga cosas y deje de mirar los dibu... me voy a vivir a otro lado!

_ A si? Y adónde te vas a ir a vivir?_ le pregunté casi estallando en carcajadas.

_ Dejáme pensar... A Nueva Zelandia! 

sábado, 21 de marzo de 2009

La plaza...Velha Infância...

 

Tarde de sábado, clima cálido (ya casi en retirada); otoño iniciado.

Lugar donde lo lúdico tiene espacio. Invitación a correr, saltar, gritar, reír, explorar, crear... 

La plaza... Velha Infância...

¿Ustedes recuerdan alguna plaza en particular que hayan disfrutado en su niñez? ¿A qué les gustaba jugar en ella? ¿Todavía van a la plaza?

Yo recuerdo una plaza con toboganes altísimos, que me representaban un desafío. Me encantaba el vértigo de llegar a lo alto, y la sensación de bajar era de haberlo logrado, con cosquillitas en el estómago...

Las hamacas eran lo que más me gustaban, y me siguen gustando! Siempre que tengo la oportunidad me hamaco, y recuerdo la sensación de volar tan alto...!

Ya adolescente recuerdo las plazas de Chivilcoy, pueblo adorable en el que vivieron mis abuelos durante algunos años.

Esta tarde de sábado estuve con mis hijos en una plaza que para mí es la plaza de ellos. Tiene una onda particular. Los árboles altísimos nos dan suficiente sombra, los juegos de madera con subidas y bajadas, redes, puentes, los entusiasma y se copan jugando. 

A veces vemos obras de títeres, y otras, como hoy... pintamos! Sí! Unas seños de jardín re copadas ponen caballetes debajo de los árboles, les hacen elegir dibujos a los chicos para pintar, les ponen un delantal con los que se ven todos unos artistas... y a pintar! A manchar! A enchastrar!

Tendrían que ver las caritas! El entusiasmo! La concentración! La onda que ponen los chicos!

Y mientras tanto, uno va viendo y escuchando. Lo que dicen y hacen los nuestros, los otros chicos, nosotros, y los otros padres. 

Manu se presentó como el artista, como el que pinta re bien, y por el cual todos iban a maravillarse al verlo pintar... Ups! _ Autoestima alta, buenísimo!_ dijo la seño. Yo sin embargo sentí  que si bien su autoestima elevada le da seguridad, a veces puede generarle frustración. Sucede que uno los incentiva, los felicita, se sorprende ante sus logros, festeja efusivamente lo que hacen... ¿Alguna vez puede ser demasiado? ¿O es un rasgo de carácter? No sé, lo sigo pensando... Lo re disfrutó, eligió cuidadosamente cada color!

Paz se re copó y pintaba concentrada despacio y después fuerte y enchastraba, y le encantaba!

Se sumó un nene que me preguntó si podía pintar, y mientras llamaba a la mamá le compartimos un pincel. Cuando tuvo su propio dibujo enfrente no pude dejar de mirarlo! La carita absorta en las pinceladas! La seño me preguntó _¿Es un primito?_, a lo que la mamá del nene respondió _No, un colado!_ Yo agregué _Un entusiasta!

Una nena, más grandecita, en silencio, metódicamente, pintó cuidadosa cada rasgo del rostro de su dibujo, y después se salió de la regla y pintó el fondo multicolor... hermosa!

Y después varios papás les decían a sus hijos que ellos también iban a pintar, para que el dibujo no se tapara con las pinceladas y se viera bien, o porque ellos todavía eran chiquitos y no sabían pintar...

¿Cuántas cosas con significados fuertes los padres decimos sin darnos cuenta, no?

Tarde de juego, un placer!   

martes, 17 de marzo de 2009

Redes femeninas


Me contó una mujer que otra mujer más joven que ella fue mamá de un varón hace un mes, por primera vez. 

Que el bebito llora todo el día, que se lo nota nervioso. Que la mamá no está mejor. Que le da la teta y la mamadera. Que parece que no sabe o no escucha su intuición, ni su instinto, ni su interior. Que le daba la lechita fria de la heladera. Que ante la advertencia amorosa de esta mujer más experimentada se sorprendió diciendo que no sabía que tenía que entibiarla. Que no lo tapa con sabanitas cuando duerme. Que lo carga como si fuera una carga. Que no le tiene mucha paciencia. Que le pide que se calle. Y que aprenda a esperar. 

Ahora soy yo la mujer que les cuenta lo que otra me contó que le pasaba a aquella otra mujer. Me dió la sensación de que hay una mujer-madre necesitada de contención, de cuidado, de red. De sabiduría femenina transmitida de boca en boca. De empatía que sostenga y acompañe. 

Dicen  que la mamá de esta mujer que estrena maternidad murió hace unos años. Que está sola todo el día. Que se la nota desbordada.

Intercambié esta anécdota con otras mujeres (muy valiosas por cierto), y concluimos que deberíamos volver a entablar esas redes femeninas, dentro o fuera de la familia, según la ocasión y las circunstancias.

Les dije a estas mujeres que me salgo de la vaina por comprar un regalito como pretexto e irla a visitar, sólo para verla y escucharla, con la ilusión de serle útil, de darle un segundo de red. Podría darle datos, contarle mi experiencia, y que existen grupos de mujeres-madres que ayudan a transitar la experiencia de la maternidad con menos soledad.

Concluyo que en más o menos tiempo quiero armar o formar parte de un grupo de mujeres con garra, luchadoras, amorosas, que estén dispuestas a hacer intercambio con otras mujeres-madres, a cuidar de ellas, de nosotras mismas, a dar red.

Como en otras culturas, en tribus africanas, por ejemplo, donde la puérpera y su bebé son cuidados durante varias semanas por otras mujeres de sus familias o amigas, para que ella se encargue de lo crucial: reponerse del parto y alimentar y sostener a su hijo.

Recuerdo otra vez que la manera de nacer y de criar puede cambiar el mundo. Y que la única manera de lograrlo es sumando esfuerzo en grupo, con personas comprometidas y luchadoras.

Bienvenido sea el desafío.

El dibujo es de Lunara.

sábado, 14 de marzo de 2009

Faros


En un ejercicio libre de sentir, pensar y escribir, voy a tratar de decir por qué me gustan los faros.
Me gustan de día, porque me permiten ver el azul del mar cuando los miro, y me dan la sensación de lugar agreste y natural.
Me gustan aún más de noche, porque me generan misterio, cierta soledad, y siento que puedo sentir el viento, y el frío del mar.
Son torres enérgicas, de altura soberbia, de presencia mítica.
Colores, hierro, vidrio, metal.
Me infunden respeto y seguridad.
Me hacen sentir que estoy lejos, pero en el lugar que quiero estar.
Quisiera estar cerca de uno, en silencio, para escribir y dibujar.

El dibujo lo extraje de dibujos para canciones.

jueves, 12 de marzo de 2009

Escarabajos


Seres pequeños, pero de fortaleza aguerrida. Sobrevivientes de la noche, sólo a veces. Diminutos animales prehistóricos, de formas gigantes.
Con mi hermana, de niñitas, esperábamos ansiosas las mañanas para jugar con estos habitantes nocturnos. Los juntábamos en la calle de nuestra cuadra, para entrarlos luego a nuestro patio, y alucinar qué les había sucedido durante la noche, qué batallas habrían librado. 
A algunos sobrevivientes los internábamos, y les inventábamos medicinas. A otros, la mayoría, les imaginábamos un final heroico...

miércoles, 11 de marzo de 2009

Jazz...



Una tarde de lluvia invita al Jazz... y a la improvisación...

Esta banda se llama Pink Freud, y alguien los anunció así:
"El encuentro entre lo
cerebral y lo pasional, lo desmedido y lo planificado, es el mismo resultado que hay entre Pink Floyd y Sigmond Freud. Esta extraña mezcla es la que ha dado origen a un grupo de músicos polacos llamados Pink Freud".
Otra curiosidad: improvisan casi todos sus temas, sobre la base de la batería. Juegan, crean, con la improvisación.
Zarpados, no?

martes, 10 de marzo de 2009

Arte...


Arte... Cinético!!

Sensaciones... de colores!! 

La obra es de Soto

http://es.wikipedia.org/wiki/Arte_cinético

domingo, 8 de marzo de 2009

Mujer Salvaje


Una mujer sana se parece mucho a una loba: robusta, colmada, tan poderosa como la fuerza vital, dadora de vida, consciente de su propio territorio, ingeniosa, leal, en constante movimiento. En cambio, la separación de la naturaleza salvaje provoca que la personalidad de una mujer adelgace, se debilite y adquiera un carácter espectral y fantasmagórico. No estamos hechas para ser unas criaturas enclenques de cabello frágil, incapaces de pegar un salto, de perseguir, dar a luz y crear una vida.
CLARISA PINKOLA ESTÉS.

El dibujo, Lunara.

Voz de Mujer

No hay duda de que un pequeño grupo de personas reflexivas y comprometidas pueden cambiar el mundo.
Verdaderamente, es la única manera de poder lograrlo.
MARGARET MEAD


Los grandes cambios empiezan así: un día surge una voz en Asia, otro día en América Latina y un tercer día en África hasta que esas voces solitarias se unen y se hacen canciones imparables, arrolladoras y entonces la esperanza se vuelve experiencia gozosa. La mujer presente invita a esta danza.
MARILÉN STENGEL, La Mujer Presente.

El dibujo es de LUNARA.

FELIZ DIA...

Mujer Mujercita Mujerón

Minón Mina Minita

Loba Perra Hembra

Madre Hermana Hija 

Tía Sobrina Prima

Amiga Compañera Confidente

Esposa Novia Pareja Amante 


viernes, 6 de marzo de 2009

¿Qué quiso decir?


Ayer por la tarde, en mi trabajo, hablé por teléfono con una mujer que no conozco. Lo poco que sé es que es una empresaria exitosa, con familia e hijos.

En medio de la charla me pidió disculpas y se puso a hablar por otro teléfono con un plomero, por un problema que tenía en su casa. Se la notaba exigida, cansada, acelerada, competente. 

Volvió a la charla conmigo y me dijo: _ Disculpame, viste cómo es esto... Yo le respondí con empatía _ Sí! ¿Viste qué exigidas estamos las mujeres?. Ella me respondió _Viste? Y después, somos las boludas... 

Su respuesta me dejó desorientada, sorprendida, confusa. No dió para que le preguntara a qué se refería. Se la notaba afectada.

Yo siento que las mujeres estamos frente a un desafío constante, tratando de ser madres, esposas, amigas, profesionales, trabajadoras, sostenedoras emocionales del hogar, incluso a veces hasta económico. Pero si de algo estoy segura, es que por eso no somos boludas.

¿Qué habrá querido decir? ¿Ustedes qué captan? ¿Alguna vez se sintieron Las Boludas?

El cuadro es un Jonquieres.

jueves, 5 de marzo de 2009

"In Treatment"


Así se llama la serie que estoy mirando: "En tratamiento". Son sesiones de terapia, una por cada día de la semana. En Estados Unidos la emiten de lunes a viernes, por lo tanto cada día tiene su paciente, y su horario.
Los viernes, le toca a él. Es decir, al terapeuta. Acabo de ver el capítulo más emocionante. Me emocioné hasta las lágrimas. Más allá del placer de estar en casa, a oscuras, a solas, mirando por el balcón la inmensidad de la ciudad, mis plantas apagadas por la noche, los gritos y canciones de unos nenes jugando en el edificio de al lado aunque sea la una de la madrugada, me conecté con ese paciente y su terapeuta. Él se atrevió al secreto inconfesable, después de varios intentos fallidos. Ella, su terapeuta y guía de siempre, le dijo que estaba con él, que no lo iba a abandonar dijese lo que dijese, que allí estaba, para él. Y se atrevió. Lo dijo. Con cierto pudor, pero decidido. Con red, se tiró, aún sintiendo el vacío. Se animó, se atrevió. 
Fue un final de sesión conmovedor. Ella con la mirada cansada, como habiendo logrado derribar un iceberg; la cabeza levemente inclinada. Él exhausto; lo había dejado todo.
Cuántas cosas se juegan en una terapia bien hecha (por paciente y terapeuta). Cuánto significa que haya gente que conecte con uno, que ponga amor y garra en lo que hace. Que sostenga. Que acompañe. Que te haga saber que está de tu lado, pase lo que pase, digas lo que digas. 
El cuadro es de Tomassini.

miércoles, 4 de marzo de 2009

El Flaco

La tapa del vinilo de Almendra que tenía mi papá me llamaba poderosamente la atención. Me hacía reír, y de a ratos ver cierta locura. Era muy niñita entonces.

Un poco menos niña recuerdo el poder de Pescado.

De adolescente lo recuerdo con los Socios del Desierto. Escuchaba fascinada un separador de Rock & Pop que decía: "Casualmente yo te ... conocí... Spinetta y los Socios del Desierto", para  anunciar un show, mientras tomaba sol tirada en el pasto.

Ya joven, viviendo un gran amor, ese disco me transportó, en la belleza del bosque de Villa Gessel.

En Bariloche se casó una pareja de amigos, justo esa noche que tocaba El Flaco. Los flamantes esposos lo encontraron en el vuelo de vuelta, y le contaron cuánto los queríamos sus amigos, que habíamos logrado resistir la tentación de ir a verlo tocar... Dicen que Spinetta se divirtió, y un autógrafo nos dedicó.

Nació mi sobrina y fue Que ves el cielo su canción.

Después nació mi Manu y Todas las hojas son del viento resume muy bien mi sensación.

Verlo en vivo es como un acto cariñoso. Un ida y vuelta con su público. La sensibilidad, la música y la poesía personificadas.

Como cuando lo vi salir por primera vez a un escenario, sólo quiero decir Te quiero, Flaco. 

lunes, 2 de marzo de 2009

El objeto de deseo

 
Hace unos días me quedé sorprendida viendo un programa de investigación periodística en el que denunciaban la existencia de una banda de delincuentes que seducía y luego estafaba a pretendidos consumidores de artículos de lujo. Los coqueteaban a la salida de los negocios donde vendían aquellos ansiados objetos, diciéndoles que se los podían vender a menor precio, claro está, en el mercado ilegal. Lo cierto es que varias “víctimas” pisaron el palito, obteniendo como resultado la pérdida del dinero, y la imposibilidad de acceder ni a la mitad de aquél deseado fetiche, un plasma de 48 pulgadas, por ejemplo.
Los denunciantes estaban indignados. Los periodistas, abocados en dejar bien en evidencia a semejantes criminales.
Y yo me quedé pensando: ¿Qué lleva a una persona a convertirse en víctima de esta situación? ¿Qué problema hay con que no podamos acceder a ciertas cosas o servicios? ¿Quién nos hace creer que podemos alcanzarlo todo? ¿Qué precio estamos dispuestos a pagar o qué riesgos estamos dispuestos a asumir para alcanzarlas? ¿Cuál es nuestro objeto de deseo? ¿Qué sentimos cuando lo alcanzamos? ¿Acaso eso nos hace seres humanos felices?
Muchas preguntas, muchas respuestas.
No me interesa juzgar la situación, sino pensar en ella.
Me fascinan los cambios; el mundo avanza a un ritmo vertiginoso. La posmodernidad nos trajo nuevos paradigmas. La cultura, la tecnología, las relaciones laborales y personales, todo cambia. Me entusiasma entender esos cambios, enfrentar nuevos desafíos. Será por eso que me fastidia tanto y me parece tan triste y de criterio pobre, aquél pensamiento de que “todo pasado fue mejor”. La evolución es lo mejor, aún cuando algunos cambios no sean favorables. Otra vez: ¿Quién acaso podría pretender que todo cambie para bien?
En La Nación Revista del 22 de febrero último, se publicó un artículo muy interesante cuya pregunta cae como anillo al dedo: ¿Qué nos da felicidad? Pareciera que esta pregunta es más habitual que nos la hagamos en “tiempos de crisis”, en lo cuales ya no podremos acceder a lo que queremos, al “objeto de deseo” que nos haría “felices”. En realidad, me parece que la audacia del pensamiento consiste en tratar de responder esta pregunta con el afán de saber si en tiempos “normales” o “prósperos” somos realmente “felices”. El desarrollo del aquel artículo es riquísimo, por eso les cito textualmente algunas partes:

Dejar de tener, de comprar o de poder consumir genera incertidumbre e insatisfacción, pero a la inversa, no parece haber un vínculo inmediato entre la recuperación de esos cupos y un atisbo de la felicidad (…) Clive Hamilton, retrata en “El fetiche del crecimiento”, un drama actual de la sociedad Occidental: “Cuanto más queremos tener, más infelices somos.” (...) Sobran las pistas, parece, para sospechar que entre dinero, consumo y felicidad no hay una relación directa (...) Quizás el malentendido provenga de confundir placer con felicidad, cuando en verdad no son sinónimos, sino antónimos. El placer tiene una base sensorial, es fugaz, nace del deseo y se disipa una vez percibido para dejarnos con necesidad de más. La felicidad, en cambio, puede describirse como una integración de sentimientos y emociones que aquieta las pasiones, armoniza el mundo interior, tiene resonancias espirituales y es un estado que se instala y fluye sin prisas (...) A estas alturas, quizá pueda decirse que “la economía de la felicidad” no es una economía que pase por el dinero o por lo reducible a él. Christian Arnsperger nos recuerda que la existencia humana es económica desde el momento en que se trata siempre de relaciones entre sujetos que se necesitan y que intercambian gestos, palabras, miradas, experiencias, conocimientos, símbolos, habilidades, objetos. En ese intercambio, en esa relación, encuentran su pluralidad las individualidades (...).

Consecuencia de estos tiempos de crisis de paradigmas (siendo la crisis económica solo una parte de ella o más bien una relación de causa-efecto) es que los humanos intentamos conectarnos más con la "espiritualidad" como medio para alcanzar la felicidad. Ya no serían los “objetos de deseo” los que nos conducirían a ella, sino más bien la construcción de un estilo de vida que nos lleve a ver la felicidad como a un estado, más que como algo a alcanzar. Ya no sería aquella zanahoria siempre lejana, y que una vez alcanzada haría aparecer otra nueva, una y otra vez, en una rueda interminable. Pero, ¿Qué significa ser "espiritual"? 

En el suplemento Enfoques del día de ayer del diario La Nación, se publicó un artículo muy interesante sobre "la espiritualidad" como tendencia. Dice este artículo:

... Es el sociólogo Alain Touraine... quien ofrece algunas pistas sobre nuestro tema. El advierte sobre el advenimiento de una revolución cultural silenciosa -y lo aclara bien: hay un cambio cultural, no político-, ya en marcha, que nos está conduciendo de una sociedad de conquistadores a otra de autorrealización (...) Con la creación de su concepto de ultramodernidad, el filósofo español José Antonio Marina anuncia la aparición de un paradigma nuevo, tras el fin de la posmodernidad, que nos ayuda a entender en qué contexto se dan estos nuevos modos de ser y ver el mundo. Según Marina, la defensa a ultranza de la individualidad, la libertad, el descreimiento y el puro presente, valores propios de la posmodernidad, entraron en crisis (...) Explica el advenimiento de esta era como una síntesis cultural entre la modernidad y la posmodernidad, es decir, como el ejercicio de una libertad con responsabilidad. Ahora, se incorpora una dimensión ética. Así, mientras en la modernidad imperaban los grandes relatos que no dejaban espacio para las necesidades individuales -capitalismo, marxismo, todos los "ismos"-, el orden, el dogma y las polaridades como izquierda y derecha, o bien colectivo versus individual, la posmodernidad trajo su contracultura. Entonces vinieron el valor del individuo por sobre todo, la emoción, el descontrol, el puro presente, y una carrera segura hacia el sinsentido. Para Marina, entonces, la ultramodernidad vendría a unir lo que antes estaba desunido. Sus palabras emblemáticas son: consenso, equilibrio, el valor de la vida humana, diversidad, respeto. En ese contexto es en donde entra la sed de espiritualidad entendida en un sentido amplio, sin dogmatismos, y no con un tinte religioso.

El desafío y el cambio, están pues, instalados. Ahora será cuestión de cómo cada uno quiera vivir a partir de ello.

domingo, 1 de marzo de 2009

Yo amo a Pappo's Blues



Desde adolescente yo amo a Pappo's Blues. Nos juntábamos en la casa de mi amiga Ely a escuchar blues, y además de Pappo escuchábamos a BB King, a Durazno de Gala, y más tarde a Parte del Asunto! Hay de todo...
Lo vi en vivo en dos oportunidades y me rompió la cabeza el sonido irreverente de su guitarra. Es rock en estado puro. La última vez fue en la playa de la Rock & Pop, en Mar del Plata, el día que se perdió Cactus (su perro), que por suerte apareció. Tuve el placer de escuchar y cantar "Sucio y desprolijo" por primera vez, un día de viento nublado, con los pelos en la cara, saltando de alegría. Y resulta que no era común que la tocara en vivo.
Quise postear esta canción porque además de ser la que más me gusta, la siento como un manifiesto del rock. Adrenalínico.