
Vestía su piyama rojo de piratas; la luz del velador era la única encendida. Con la cabeza ligeramente inclinada hacia arriba y sus ojazos expectantes y dulces me dijo:
_ Ya que papi está acompañando a Paz a dormir... ¿podés ser mía esta noche?
La obra es de Milo Lockett.
2 comentarios:
wowwwww!! puro amorrr maii!
Es mi dulzor de ojos de chocolate y ojos de canela.
Me derrite, me puede, me hace sentir la mujer más amada del planeta.
Ya se le va a pasar.
jajajaja!
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