Lo contemplaba manso; otras veces bravío.
Sin decir nada, voluptuoso, me invitaba a formar parte de él.
A veces me recibía con calma, y entraba en mí como una caricia.
Otras veces, exultante, me penetraba y me expulsaba, salvaje.
Amaba su olor a sal, sus partículas doradas invadiendo mi cuerpo.
Sintiéndome parte de él me dejaba llevar hasta donde quisiera arrastrarme, entregada totalmente a sus bruscos movimientos que me hacían sentir viva.
Mientras rodábamos el éxtasis me invadía, y ya en su orilla, sonreía feliz.
Su fuerza arrolladora me enfrentaba a mi diminuta existencia.
Su energía me vigorizaba.
Su calma final, su expulsión, me devolvía junto a su espuma el sentido de mi Ser.
Su calma final, su expulsión, me devolvía junto a su espuma el sentido de mi Ser.
Mi primer amante, fue el mar.
3 comentarios:
Precisamente me hallo en los terrenos de tu "primer amante"..., hoy con sol, lo saludamos sin tocarlo.
Cariños desde las playas.
R.P.
¡¡qué lindo lindo Mai, cuántas sensaciones!! besote
Lindísimo y muy sentido.
Comparto la fascinación Mai...
Un beso grande
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