
A Manu le expliqué que no tenemos por qué matar a cuanto bichito aparezca cerca nuestro, puesto que los animales en realidad nos temen más que nosotros a ellos. Además, le dije, ellos no nos hacen daño si no se sienten amenazados, y cuando "pican" o "muerden" no están haciendo más que defenderse. Sí tenemos que ser cautos, le advertí.
Fue un diálogo de lo más fluído, y el "Cien Pies" que le había resultado una amenaza en minutos se convirtió en un bicho interesante y divertido, al que catalogó como "mi favorito".
Siguió pensando, y me dijo:
_ Mamá, en el planeta Tierra viven muchos animalitos que no nos lastiman, porque ellos se defienden solamente cuando alguien los quiere lastimar, o cuando tienen miedo... o cuando los meten en jaulas, por ejemplo.
Le respondí: _ Claro Manu! Como a nosotros, a los animalitos les gusta vivir en libertad.
Y me contestó: _ Sí, mamá, pero a veces el día está feo y llueve, y nosotros nos tenemos que quedar adentro.