En un ejercicio libre de sentir, pensar y escribir, voy a tratar de decir por qué me gustan los faros.
Me gustan de día, porque me permiten ver el azul del mar cuando los miro, y me dan la sensación de lugar agreste y natural.
Me gustan aún más de noche, porque me generan misterio, cierta soledad, y siento que puedo sentir el viento, y el frío del mar.
Son torres enérgicas, de altura soberbia, de presencia mítica.
Colores, hierro, vidrio, metal.
Me infunden respeto y seguridad.
Me hacen sentir que estoy lejos, pero en el lugar que quiero estar.
Quisiera estar cerca de uno, en silencio, para escribir y dibujar.
El dibujo lo extraje de dibujos para canciones.
7 comentarios:
Un faro quieto nada sería, guía mientras no deje de girar, no es la luz lo que importa en verdad, son los doce segundos de oscuridad...
this is AWESOME! i love it...great colors.
Qué amorosa Mai! Qué lindo Post.Amo los faros también.
No sé quién escribió una vez:
"Eres más hermosa que un Faro en la neblina buscando a quién salvar"
Cariños y abrazos con brisas marítimas!
No lo hubiera podido escribir mejor yo. me encantan a mi tambien... ese toque misterioso, romantico, incognito...
Un beso!
Los faros esa luces que nos orientan en la penumbra de las tormentas!
Son majestuosos e irreverentes con el viento, un anclaje en la tierra un destino para no perdernos a la deriva,,,
un abrazo de luz
Adriana
Precioso blog enhorabuena...también por los peques de las fotos son muy guapos.
Un beso, Bóboli.
Me hacen feliz los comentarios tan valiosos en este blog, mi lugar, donde expreso sin miedo las cosas que siento.
Y bienvenidas Adriana y Bóboli! Siéntanse cómodas en ésta mi casa.
Besos!!
Publicar un comentario