martes, 1 de diciembre de 2009

Era él





Le trajo un libro de regalo. Le contó que al leerlo se había conmovido, y que estaba seguro de que a ella le pasaría lo mismo.

Incluso le confesó tenerlo siempre a mano, para abrirlo y leer de su interior lo que esas palabras quisieran seguir regalándole.

Casi de memoria lo abrió delante suyo. Página 37.

"Creo en los cafés, en el diálogo, creo en la dignidad de la persona, en la libertad. Siento nostalgia, casi ansiedad de un Infinito, pero humano, a nuestra medida" (La Resistencia, de Ernesto Sábato)

Sos vos, le dijo ella. Estas líneas te definen.

Era él. Ella recordaba perfectamente sus ojos mojados escuchando un tango, describir ese café de San Telmo con la palabra nostalgia, generar encuentro y atreverse a la libertad.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Por una cabeza,
todas las locuras.
Su boca que besa,
borra la tristeza,
calma la amargura.
Por una cabeza,
si ella me olvida
qué importa perderme
mil veces la vida,
para qué vivir.

Cuántos desengaños,
por una cabeza.
Yo jugué mil veces,
no vuelvo a insistir.
Pero si un mirar
me hiere al pasar,
sus labios de fuego
otra vez quiero besar....
Capitan del Espacio.

Noesperesnada dijo...

A veces para ser nosotros mismos necesitamos de ese libreto que tan bien nos representa, aunque sea ajeno...

Jime dijo...

muy bonito besha, tal parece que hoy el tango nos arropó

Kutxi dijo...

Tengo un libro siempre entre mis cosas, y tengo la costumbre de abrirlo en cualquier momento y releer algunas palabras, un par de oraciones, que nunca dejan de enseñarme.

Realmente muy bueno. Con un olor a nostalgia como el que a mí me gusta, y que tan bien entiende el tango.

Un abrazo grande,

Kutxi.