
compañía en libertad,
cuidado y sostén mutuo,
y respetada soledad.
Llegué al lugar antes de lo previsto. El viaje duró menos de lo que esperaba y me sentí aliviado.
Fue un día exigido, de esos en los que las horas derriten los relojes. El calor, sofocante. La ciudad aún ardía.
Caía la noche y parecía darme una tregua. El lugar de llegada también.
Pero ella no respondía a mis llamados. No obstante, pensé, era imposible un desencuentro. Habíamos hablado hasta hacía pocos minutos.
Decidí estacionar el auto frente al edificio en el que vivía y caminar. No recordaba piso ni departamento.
Mientras caminaba ansiaba aire fresco, tanto como volver a verla.
Sin rumbo, me detuve frente a un edificio abandonado, sucio, hediondo. No supe exactamente por qué, pero algo llamó mi atención inmediatamente.
Unos hombres estaban sentados a una pequeña mesa. Alrededor jugaban niños.
A esas instancias me convencí de que la tregua no existiría; escuchaba todavía en mi mente el solo de saxo de esa canción que me acompañó durante el viaje, oscura e intensa como ese calor y esa imagen de polaroid imaginaria que no dejaba de observar.
Sentía la camisa pegada en la piel. Me desabroché más botones.
Logré descubrirlo: me atrapó la partida de ajedrez jugada en esa vereda.
Un barrio, pensé, logra conservar alguna de estas cosas.
Sonó el celular. Era ella.
Por fin, acudí a su encuentro.
... canción y color.
Creación de sensaciones con formitas humanas.
Celebración existencial.
Amor compartido.
Armonía sensorial.
No se entusiasmen, no es el relato de un sábado en una disco, bailando al compás de una canción de moda y con un personaje estilo Travolta cerca (por suerte).
Es el relato de una noche de sábado en un sanatorio del barrio, producto de una infección urinaria en Manu.
Aunque lejos de casa, afortunadamente, de "casualidad" (?) los síntomas se hicieron más evidentes en la casa de un galeno, lo que a uno ya le brinda cierta tranquilidad.
Ante su consejo acertado, levantamos campamento y allí nos fuimos.
Siempre intento ver el lado positivo de las cosas, y en este caso el horario de la entrada a la guardia lo fue. Una hora después ardía de gente la sala de espera.
Nos atendieron muy bien, rápido, amorosamente.
Los demás pacientes tenían también buena onda, y es grato el clima de solidaridad que se genera en esas circunstancias. Me ayudaban con Paz que corría por todos lados, le servían a Manu agua para que tuviera ganas de hacer pis, charlaban con ellos, mientras yo entraba y salía del consultorio, pedía la receta, preparaba el frasquito para los análisis, guardaba y volvía a sacar el carnet de la obra social, y demás acciones típicas.
Unas hermanas jóvenes lidiaban con una madre también jóven con evidentes problemas psiquiátricos, que amenazaba con escaparse si la dejaban internada.
Una pareja aguardaba la internación para el parto.
Un muchacho gigante charlaba con Paz mientras se quejaba de dolor en una camilla.
Una chica entró literalmente doblada de dolor en el pecho, sola, diciendo como podía que le era imposible hablar. Traté de ayudarla hasta que vino personal del sanatorio, para pasar a defenderla cuando la entraron a la guardia, al escuchar que el recepcionista diagnosticó "tiene un ataque de histeria". Mirá, le dije, la última vez que escuché que un médico le dijo eso a una mujer joven, horas después se murió por una trombosis no diagnosticada. Además, agregué, es feo que a una mujer que se siente mal la tilden de histérica, y por si no lo sabés, los hombres también son histéricos. No es extraño en mí. Me dicen defensora de pobres y ausentes desde que tengo diez años. Debe ser por eso que me gradué en Derecho.
Esta noche se pusieron en evidencia muchas cosas de este nuevo mapa. Pululaba en el aire que puedo todo.
La obra es de Magritte.
_ Estuve pensando y me pregunto... ¿qué es ser escritor?
_ Ser escritor es mentir.
_ Ficcionar?
_ Glorioso diálogo! Yo dije mentir y la escritora ya quiere distorsionar y pone "Ficcionar". Mentirosa! No existe, es una mentira! Meter un sentimiento en una o varias palabras, en letras... es mentir.
_ Claro!
_ Es tratar de embotellar el océano.
_ Uff! Me volaste la cabeza con esa frase!
_ Creo que ya existía, no sé...
La obra es de Miró.
Cuándo alguien se convierte en escritor?
Qué lo transforma o forma a un ser humano en ello?
Es publicar un libro?
Es venderlo bien?
Es escribir mucho?
Es escribir "bien"?
Qué hito en la historia de alguien que escribe lo transforma en escritor?
La obra es de Polesello (ya la usé antes pero no puedo desprenderme de ella)
Generar intimidad es abrirse a la exploración de los sentidos.
Es entregarse, recibir al otro, unirse en una búsqueda, lograr encuentro.
Hablar con el lenguaje de los gestos; tender puentes de palabras comprometidas con la experiencia.
Es hacer que ese momento no pueda medirse en tiempo.
Es capacidad de disfrute, de deseo.
Es alegría.
_ No confundir valor con permanencia, pues eso conduce al nihilismo_ musitó mientras trataba de luchar contra la depresión. Invocó sus catecismos familiares. _ Todo se desvanece _ se recordó _. Tal es la naturaleza de la experiencia. Nada persiste. La permanencia es una ilusión, y algún día el sistema solar yacerá en ruinas. _ Ah, sí, eso lo hacía sentir mejor! Y más aún cuando invocaba a Sísifo. ¿Un libro se desvanece? Pues, escribe otro libro! Y luego otro, y otro más.
De Irvin Yalom, en Desde el Diván
... y Rock!
Par Mil
Qué hay de esa imagen en mi cielo
no creo ser tan importante.
Camino mi propia luz
y me siento un haz de luz
calridad del propio Ser.
Luz, luz, luz del alma
soy un hombre que espera el alba.
Qué hay de esa imagen en mi infierno
si ya fui roto a tomar aire.
Caminaste por mis brasas
me soñé en la oscuridad
me estrellé contra mí.
Luz, luz, luz del alma
soy un hombre que espera el alba.
No confunda, che pastor,
no me interesa tu cielo
toda el agua va hacia el mar.
Luz, luz, luz del alma
soy un hombre que espera el alba.
No obstante lo cual... por Diosssss!!!! No respondo de mí si tengo a Mollo a esa distanciaaa!!!
Melancólica, en pleno vuelo, y a la vez, terrenal...
Entrando al silencio
(creo que ya no necesito tanto ruido)
Lo bueno de no estar esperando nada es poder ver lo que el otro tiene para brindar.
Reconocer los límites y las posibilidades.
No empañar la realidad con el deseo propio; conjugar ambos en valiosa armonía.
No exigir lo que el otro no es, no tiene o no quiere dar.
Filosofía de vida Let it be.
Compromiso con el sentido y la existencia.
Placer real.
... ser transparencia que ser espejo.
Elijo que cuando alguien me mire no le rebote la mirada.
Que vea lo que hay en mí, y si en eso se refleja, nos encontremos.
Ser espejo implicaría mostrarle al otro lo que quiere ver de sí mismo.
Correría el riesgo de terminar como Narciso, o de salir corriendo, por no haberse reconocido.
Manu va al baño y se toma su tiempo.
Lleva consigo el "diccionario de las banderas" y su globo terráqueo.
Debe ser en esos momentos en los que piensa que quiere conocer Uruguay, Paris, Mozambique, y que quiere ir a estudiar diseño gráfico a Nueva York.
No me atrevo a sacarle una foto y menos a publicarla. Estoy segura que aprendería japonés sólo para putearme tranquilo.
_ Es que me acordé que Paz dice siempre azul...
_ Sí. O mi hija es daltónica o está copada con el azul. Para ella the life is blue!
_ Es una Blue Girl, pero sólo por el color!
No es un detalle menor. Se ve que le encanta el color azul, y cómo suena decirlo.
Le gusta el color del cielo y del mar.
Ella es una belleza alegre, salvaje y natural.
De no haber aprovechado el último minuto posible para organizar la ida al show, me hubiera perdido una noche emblemática.
Sólo Spinetta puede generar semejante clima entre tanta gente.
No voy a negar que molestaba estar lejos del escenario en el campo, debido al "vip". Uno tiene muchos recitales encima como para bancarse eso! Las pantallas no estaban a buena altura, la de la torre de sonido lograron subirla más tarde (por suerte). Esperamos una hora a que el show comenzara y cuando por fin llegó, pululaba en el aire la necesidad de un tremendo rock & roll para saltar y sacar tanta alegría y energía acumulada.
Pero no. El artista se dió el lujo de hacer lo que le gusta y como le gusta. Empezó sultilmente, con esa armonía sonora propia del Flaco.
De a poco la cosa iba tomando más y más ritmo, más clima, más emoción, para lograr generar una noche verdaderamente de culto.
Estuvieron casi todos sobre el escenario. Un argentino rockero más no puede pedir. Fue una reunión en la que buenos amigos se juntaron a tocar.
Ver a tanta gente de distintas generaciones bailar y emocionarse fue un deleite existencial.
Sentir al Flaco conmovido, tranquilo, fue un verdadero placer.
Fueron tantas horas que el cansancio obligaba a sentarse en el piso durante los pequeños pero energéticos intervalos, mientras al escenario subían Los Socios del "Concierto" (según las palabras de anoche del Flaco), Invisible, Pescado, Almendra...
Si, todavía cuesta creerlo.
Había clima de paz. Y de respeto al arte. Casi no se escuchaban las voces de la muchedumbre; fue evidente que nadie quería tapar esa voz. Era un silencio respetuoso, pacífico, natural, que imperaba y permitió escuchar las frases típicas que su público le grita desde el alma, y que él siempre devuelve con buen humor. Alguien le dijo _ No te mueras nunca Flaco!_ a lo que él respondió _ Vos tampoco, así tengo un testigo!
Fue un festival, de esos que hacen historia.
Desde niña el Flaco suena en mi vida, pero Los Socios del Desierto marcaron un hito. Como me hubiera gustado escucharlos tocar más y más, escribo al compás de "Se convirtió en la noche".
Spinetta y las bandas eternas lograron transformar un inmenso lugar en un templo íntimo de rock.
Le trajo un libro de regalo. Le contó que al leerlo se había conmovido, y que estaba seguro de que a ella le pasaría lo mismo.
Incluso le confesó tenerlo siempre a mano, para abrirlo y leer de su interior lo que esas palabras quisieran seguir regalándole.
Casi de memoria lo abrió delante suyo. Página 37.
"Creo en los cafés, en el diálogo, creo en la dignidad de la persona, en la libertad. Siento nostalgia, casi ansiedad de un Infinito, pero humano, a nuestra medida" (La Resistencia, de Ernesto Sábato)
Sos vos, le dijo ella. Estas líneas te definen.
Era él. Ella recordaba perfectamente sus ojos mojados escuchando un tango, describir ese café de San Telmo con la palabra nostalgia, generar encuentro y atreverse a la libertad.
Mucha alegría y energía circulando. Mucho compartir, recordar qué era de nosotras hace dos años, y esbozando teorías acerca de qué será de nuestras vidas cuando nos volvamos a encontrar en dos años más.
Los Congresos sirven para esto, para verse en perspectiva. También para estudiar, claro.
Banda de sonido al lado del mar; en su orilla bailando, en el auto viajando...
A este ritmo me acordé de una teoría que esboza un amigo: "Puede describirse a una persona por lo que tiene guardado en su mesa de luz".
Yo no uso el cajón de mi mesa de luz; no tengo idea de qué hay ahí.
Sí puedo decir que encima están los libros que estoy leyendo, leí y voy a leer, y un velador que siempre enciendo y apoyo en el piso.
Podría ir a fijarme qué hay en el cajón, pero mejor esbozo mi propia teoría (e invito a que compartan quienes lo deseen cualquiera de las dos).
Puede definirse a una mujer de acuerdo a lo que lleva en su cartera.
Mis carteras son grandes, porque me encanta llevar de todo, y últimamente ya se me pasó la neurosis de cambiarla casi a diario. Lo mismo dá el color de los zapatos. Mi onda es todo combina con todo!.
A ver... bueno, empiezo yo: En mi cartera tengo mi cuadernito del taller de Proyectos de Escritura (infaltable y necesario), mi billetera, una cartucherita con un lápiz negro y una lapicera, mi sello profesional, mi credencial, un sobrecito con artículos para esos días, dinero suelto que ni recordaba que tenía (qué suerte!), un frasquito con líquido para limpiar anteojos que está vacío, el Cd de Claudia Puyó que nunca escuché, mi celu, lápices labiales, crema para los labios, chicles de menta, caracoles y monedas de Uruguay, un frutito de un árbol de eucaliptus, un par de remedios, una colita para el pelo, un verdadero hallazgo (una correa de cuero cocida a la cartera para llevar las llaves, que de otro modo jamás encuentro rápido), y accidentalmente, un atado de cigarrillos mentolados.
Y ustedes? Qué tienen en sus carteras o mesas de luz?
De más está decir que no tengo casi idea de cómo me define llevar todo eso en mi cartera!
Aunque nunca abandoné la capacidad de asombro, aunque sé que mi sensibilidad hace posible que me conmueva profundamente frente al sentido, y aunque sigo llevando conmigo el germen de la rebeldía, no había tenido tan claro hasta hoy el valor de seguir viendo con ojos de niña.
Con esa mirada que permite atravesar por primera vez algo, y sentir el descubrimiento frente a mis ojos.
La posibilidad de sentir como si fuera la primera vez un paisaje, un aroma, un encuentro, una caricia, e invadirme de inspiración.
Lo que hasta ahora no comprendía de mí misma, sale a la superficie de mi conciencia para irrumpir gritando: Quiero crear!
En este deseo está íntegro mi Ser. Ese único e inigualable "Yo" que explora, se atreve, se emociona y crea.
Nunca estuve más segura de mí misma, ni de mis inseguridades.
Es la etapa en la que me asumo como soy, sin necesitar que nadie más lo confirme.
Y en la que más disfruto compartir un ida y vuelta que me enriquezca.
La experiencia y el camino recorrido frente un mundo delante de mis ojos de niña.
En palabras de Oliverio Girondo, descubro que mirar con ojos de niña es trasladar al plano de la creación la fervorosa voluptuosidad con que, durante nuestra infancia, rompimos a patadas todos los faroles del vecindario.
La foto es de Marcos Adandía.
Ayer me dijeron que me haga cargo.
Pero todavía no me sale en voz alta.
Hoy, alguien me llamó "Lady Writer".
Mi reciprocidad no es una salida elegante; es verdadero encuentro.
Porque mi casa, es la casa de ellas también.
Merci Françoise.
Gracias Jimena.
La obra es de Klimt.
Me dicen de mí que tengo garra, que desbordo (en el sentido literal del término) de energía.
Me dicen de mí que sólo me resta estar mejor, pues lo merezco.
Esta noche un colega y amigo entrado en años me dijo que voy a ser feliz porque "escuchá bien, sos un: a - eme - o -ere: Amor".
Me dicen de mí que tengo la capacidad de hacer amigos con facilidad, de relacionarme con gente tan variada que sorprende.
A todos los que me dicen esas cosas de mí, les digo que de ellos me nutro. Que soy un poco ellos. Que me enriquezco en cada intercambio, que compartir es para mí el mayor hallazgo.
En palabras de mi querida amiga Ana, "me encanta la gente".
Y con estas cuantas copas de champagne encima, escribo como a borbotones, encontrando en cada espacio de mi casa el vacío de la ausencia de mis cachorros, mientras mi gatito Oliver (Oliverio Girondo para los amigos) me muerde los pies.
Y siento que la vida es el Yin y Yang...
Y me pregunto, ¿cómo es posible que los orientales sean tan sabios? ¿Será que llevan miles de años más que nosotros de civilización? ¿O será que es parte de su naturaleza...?
Y dedico esta catarata de emociones a mi amiga Marijó, por su apoyo incondicional y su empatía y generosidad y ausencia de prejuicio y enjuiciamiento. Y a mi amiga la Reina, que le puso la frutilla a esta torta dulce llena de encuentro.