jueves, 3 de julio de 2008

Libertad


La libertad de Ingrid Betancourt y los otros rehenes me llenaron de alegría. Decían en la tele que Colombia gritaba en las calles de algarabía.
Qué incréible me resulta que algo tan esencial sin lo que no concibo vivir sea un milagro para tanta gente.
Siempre digo que nací en dictadura, pero que agradezco a la vida tener sólo memoria vivida en democracia. Es decir, no me imagino la opresión, el autoritarismo, los abusos, la falta de libertad. Sólo concibo vivir en democracia, libremente.
Por supuesto, ya lo sé. En infinidad de circunstancias la democracia es una utopía. En democracia también vivimos carencias, engaños, abusos, excesos de poder...
Por eso la lucha implica vivir honestamente, comprometidos con la realidad, concientes de lo que a tantos les falta y de lo que no queremos perder; de lo que podemos hacer por un mundo mejor todos los días de nuestra vida. ¿Cómo? Viviendo en Paz. Haciendo de nuestra realidad un esfuerzo por ser felices y hacer felices a quienes nos rodean. Pequeño pero heróico mundo el de todos los días. La suma de individualidades comprometidas, felices, en lucha por una realidad más justa y en libertad hace a los grandes grupos mucho más que la simple suma de sus partes. Hace un Estado, una Nación, una República...
Una vez leí: En Libertad, no odio ni temo. Brindo por eso.

No hay comentarios: