Cáliz de amor y paz

¿Cómo pudo habérseme ocurrido dejar mi cuaderno de escritura en casa? ¿Porque pesa más mi cartera con él dentro? Lo que realmente me pesó fue la desesperación de no encontrar dónde escribir! La inspiración no avisa! Es así de inoportuna!

Balizas en nuestros autos, niños durmiendo dentro, caos de tránsito en la ciudad... y la voz de Cerati, en esta canción, sonando de fondo... y tengo esa sensación tan particular; ésa que me produce escuchar una voz cantando en vivo, una guitarra bien tocada, la gente peregrinando hacia el escenario...

Cómo quisiera dejar el auto en el primer huequito que encuentre y bajar a escucharlo cantar, y a bailar.

Un recital de rock, en buen clima envolvente entre el artista y su público, me llenan el alma.

Tuve que dejar de escribir en este block de hojas que vaya a saber uno cómo llegó a mi auto, porque la Reina ya consiguió provisiones para llevar a los niños a corretear por un espacio verde, colmado de la presencia del río.

Manejo con la lapicera en la mano, de a ratos también entre los dientes. Bueno, otros lo hacen con un cigarillo, convengamos que lo mío es menos nocivo. No obstante, se complica escribir durante el rojo de cada semáforo.

Las casualidades no existen. La tarde tomó un cáliz lleno de amor y paz.

Sólo quiero escribir, escribir y escribir... para siempre. Pero por ahora dejo acá. Paz me pide bajar del auto.